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Cajamarca, la crisis del bloque dominante y la aparición de un bloque insurgente

(ENTREVISTA)

Publicado: 2018-01-03


Por Ybrahim Luna

El abogado cajamarquino César Aliaga Díaz, vicepresidente regional de Cajamarca entre 2011 y 2014, y militante de izquierda desde su juventud, ha publicado el libro “LA BATALLA POR CAJAMARCA, Conflicto Social, Lucha Política y Poder Popular en Cajamarca” (Ediciones Pedro Palana). Libro que consta de 7 ensayos donde se examina desde dentro las protestas contra la minería, se hacen reflexiones partidarias, incluso balances de gestión como respuesta a críticas de diferentes sectores.

Algunos ensayos nacieron como informes internos del MAS, Movimiento de Afirmación Social, movimiento al que pertenece Aliaga. El politólogo Carlos Meléndez, en el prólogo del libro afirma: “El MAS-Cajamarca es sin duda uno de los proyectos políticos contemporáneos de mayor trascendencia en el país. Su impronta en el escenario regional es original: un fenómeno antiestablishment que emerge de la protesta social y llega al poder (subnacional)”.

El libro se presentará en Lima en los primeros meses de 2018.


-¿Cómo analiza y explica el concepto “poder popular”?
Lo que pretende este libro es indagar sobre las características del proceso político en Cajamarca en los últimos diez años, en cuyo centro se ha desarrollado un movimiento social acompañado de sus formas de expresión política, como son la configuración de un partido o frente político electoral como el MAS, y la prefiguración de una opción de gobierno. El concepto de “poder popular” está en esas dos expresiones, en la configuración de una fuerza política que llega a ser gobierno, y que intenta producir algún cambio en el destino de la región.
-¿Cajamarca fue una crisis excepcional?
La tesis básica es que vivimos un periodo de crisis del bloque dominante regional. Y utilizo ese concepto para señalar que hay un bloque dominante que dirigía y dominaba esta región o país, y que ya no puede imponer su “proyecto social” pacíficamente, sino que tiene que hacerlo usando la fuerza. Y esa crisis ha sido promovida por la insurgencia de un bloque hasta ayer subordinado, y que hoy aparece como una nueva forma política que desafía a ese factor dominante y pugna por convertirse en un factor dirigente. Y una crisis de ese tipo no se resuelve regionalmente, su única solución se da en el marco de un proceso nacional.
-¿Cajamarca y Puno son islas en el escenario político del Perú?
Sí, en el sentido de que ya muestran los componentes de la escena política nueva; pero no en el sentido de que en el resto del país no existan estos mismos procesos, porque los hay, pero no tan avanzados. La diferencia la hace el nuevo sujeto político plebeyo que se expresa a través de las elecciones en nuestras regiones.
-¿Usted escribe este libro desde la óptica del testigo o del protagonista?...usted fue vicepresidente regional durante el conflicto Conga en Cajamarca.
Desde ambas ópticas. No se pueden desligar. Pero al mismo tiempo existe la obligación de analizar con objetividad lo relacionado a los hechos, pero con una gran subjetividad lo relacionado al enfoque, al marco teórico o a la concepción general con que se enfocan esos problemas.
-¿Se dieron luchas internas por ver quién lideraba este proceso social?
En este proceso se dieron dos grandes luchas. Primero entre el bloque insurgente plebeyo contra el bloque dominante, los sectores mineros y sus aliados. Pero al interior del bloque insurgente también hubo y hay una lucha por la hegemonía, por la dirección, por la capacidad de influencia, entre distintas opciones políticas. Las condiciones de la lucha le dieron al MAS la facultad de ser vencedor. Eso derrotó a otros componentes radicales, pero como una derrota táctica, porque no han desaparecido del escenario.
-¿Por qué otros conflictos sociales del país tuvieron finales distintos?
Nuestra ventaja es que teníamos un equipo, un germen de partido que desde la izquierda regional peruana pudo resolver lo que la izquierda nacional no pudo, como conectar con los sectores populares, campesinos. Esa es la diferencia básica, porque luchas como las de Conga las ha habido en el Perú, incluso más radicales y más fuertes desde el punto de vista del sacrificio del pueblo. La ventaja es que aquí hubo ese colectivo y en otros lugares la izquierda peruana no pudo resolver ni entender su condición representativa de los sectores en protesta, no los entendió.
-¿Qué percepción cree que tiene el sector rural cajamarquino sobre ser de izquierda?
Parte de esta batalla es esa nueva identificación política. Hace algunos años, el sector rural de Cajamarca probablemente se hubiera identificado con el fujimorismo, ahora lo hace con la izquierda, pero no con la vieja izquierda, sino con una nueva izquierda que mantiene sus raíces en la lucha social, y que ha incorporado nuevos componentes en su lucha anticapitalista, como la lucha ambiental, la lucha por el derecho al agua, a la tierra, etc.
-¿La vieja izquierda nacional se sintió sobrepasada por Cajamarca?
Yo creo que sí, y que no supieron interpretar el proceso y por eso no acompañaron a la dirección regional de Patria Roja, y al final tomaron la decisión de expulsar a sus principales dirigentes de esta región. Eso demuestra una falta de compresión del proceso, que más allá de los errores en los que pudieran incurrir los dirigentes regionales, aquí había un proceso único que no fue comprendido por esa dirigencia.
-Cajamarca se convirtió en un objeto de estudio teórico y de campo de las Ciencias Políticas, ¿cuántas veces lo han consultado por el conflicto social en Cajamarca?
Calculo que no fueron menos de trescientas entrevistas de intelectuales, estudiantes, profesionales o consultores de todo el país, con distintas motivaciones y distintos intereses por estos últimos cinco años en Cajamarca. Todos tratan de comprender este proceso singular. Cajamarca es un referente en el mundo de las nuevas identidades políticas.
-¿A quiénes va dirigido este libro?
Este libro está compuesto por una serie de artículos escritos para la orientación política. Inicialmente fueron herramientas dirigidas a la dirigencia del MAS de Cajamarca, pero creo que tienen cierta ventaja como aporte que irá más allá de la propia militancia y que pueden llegar al público en general. Buscamos crear teoría a partir de una realidad concreta con la intención de llegar a estudiantes o profesionales de las Ciencias políticas, pero también para cualquier persona interesada en comprender el complejo y profundo proceso de Cajamarca.

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