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Cajamarca, 33 días antes de la tragedia de Celendín, crónica

Publicado: 2012-07-06

Una pareja de esposos campesinos de la provincia de Bambamarca llega a Cajamarca tras largas horas de viaje en un zigzagueante camión lechero. Dejan los hijos al cuidado de un pariente, y arriban acompañados de más comuneros. Suman unos treinta en total, están sudorosos y traen como equipaje frazadas, alforjas y su infaltable binza. Un dirigente los recibe a la entrada de la ciudad, los organiza en filas, les indica la ruta de calles a seguir. Están cansados pero entusiastas. Las mañanas de Cajamarca son realmente calurosas y por las noches a veces caen heladas. Elevan sus binzas y empiezan a arengar: “Escucha Ollanta, escucha Valdés, queremos agua limpia para la niñez”. Elevan la voz al pasar delante de las cámaras: “Este el es pueblo la prensa no lo dice”. Un periodista es empujado y amenazado con recibir un cartelazo -con faltas ortográficas- por una señora de fondo colorido y sombrero: “diga la verdad, prensa vendida, diga la verdad”. Así hacen su entrada la Plaza de Armas de la ciudad, entre los aplausos de varias agremiaciones que les abren paso frente a un estrado donde minutos más tarde hablarán los dirigentes.

¿Señor, usted es manipulado? La pregunta ingenua de un reportero. –“No señor, usted será el manipulado. Nosotros no salimos por Goyo, nosotros salimos por nuestra agua y nuestras tierras, sino de qué vamos a vivir”. Pero es inevitable ver su emoción cuando reconocen el rostro de Gregorio Santos en el estrado. “Goyo, amigo, el pueblo está contigo”, empiezan las arengas. ¿Usted ha venido con su plata?, insiste el apretado periodista. –“Nosotros no somos narcotraficantes como dice la prensa, si fuéramos de ese negocio cree que vendríamos apretados como carneros, si fuera así vendríamos en nuestros carrazos” (ríe un grupo de bambachos mientras bolean hojas de coca con cal). ¿Ustedes no quieren diálogo con el gobierno? – ¡No! Y retornan las arengas: ¡Dialogo es traición! ¡Conga no va, carajo! ¿Pero se les ha ofrecido más agua y más trabajo para todos? -“Mire, joven, nosotros vivimos años y sabemos como está nuestro ganado, a nosotros nadie nos va a venir a mentir, mire cómo ha dejado Yanacocha a Cajamarca, usted tome agua de su caño para que se dé cuenta de qué confianza le vamos a tener a la empresa minera que ha matado a nuestros hermanos con mercurio”.

El dirigente Idelso Hernández asegura que los campesinos que llegan a la ciudad de Cajamarca para unirse a las protestas ya encontraron su ritmo de acción y saben cómo rotarse de acuerdo a las jornadas establecidas: un par de días vendrán los representantes de Celendín, otro los de Piobamba, al siguiente los de Huasmín, luego los de Sorochuco y Hualgayoc, los de la Encañada, los de San Marcos, nuevamente los de Bambamarca, incluso los de Jequetepeque. Y todos serán atendidos de acuerdo a las posibilidades de la organización del Comité Unitario de Lucha.

La pareja de esposos campesinos buscan la sombra de un árbol, mientras las ollas comunes, nutridas por las donaciones diarias, cuecen rápidamente la papa, las menestras y el arroz, ante la imponente imagen de la Iglesia San Francisco de Cajamarca. El Padre Isaac Shahuano, loretano de nacimiento, y perteneciente a la orden de los franciscanos, considera que su labor es estar siempre al servicio de los más pobres y necesitados. Asume su papel, desde que se iniciaron las protestas, siguiendo los ideales de San Francisco de Asís, patrono de la Ecología, a través de un Comité de “Paz y Justicia, e Integridad de la Creación”. Nos dice: “estamos en contra de la muerte y de la destrucción de las aguas. Aquí en la Iglesia damos cobijo a todos los que lo necesitan”. El Padre Isaac ha participado en algún mitin y ha bendecido las iniciativas de la población.

Un joven militante de Patria Roja señala: “mientras los campesinos tengan comida y un lugar donde dormir, esto tiene para largo”. Sumado a que las protestas se han potencializado en el centro de la ciudad como forma de captar la atención de la prensa, ya que consideran que a los medios poco les interesa ir a las zonas de influencias para captar la realidad. Por otro lado, Milton Sánchez, dirigente de la PIC (Plataforma Interinstitucional de Celendín) considera que: “se ha logrado la protesta más exitosa que ha tenido el Perú, por ser una forma de manifestación que se renueva constantemente y por ser un movimiento “alegre”, donde participan niños, jóvenes y artistas”. El presidente regional, Gregorio Santos, analiza: “hay una lección aprendida por el movimiento campesino, que antes nunca se pronunciaba. Ahora las formas de lucha las van imponiendo los escenarios, o sea el mismo Estado. El gobierno le ha enseñado a luchar a Cajamarca, recreando la experiencia campesina de enfrentamiento a Sendero o al abigeato. Al pueblo le quieren jugar al cansancio, pero no van a poder”. En palabras del líder ambientalista Marco Arana: “esta protesta es exitosa y diferente porque tiene un carácter lúdico, cultural y afectivo, y se basa en tres componentes, como la defensa del agua, la resistencia ronderil, y la simpatía que el movimiento campesino ha despertado en la ciudad. Si más adelante se genera una confrontación no será por una prédica violentista, sino por las actitudes provocadoras de la empresa y por la pasividad del Estado ante ellas. La minera está envalentonada, ha iniciado operaciones y no ha cumplido con lo mínimo establecido en el peritaje”.

El Comité Unitario de Lucha decidió que las movilizaciones permanentes de esta segunda etapa serían estratégicamente diferentes a las del primer paro indefinido que generó un estado de emergencia. En esta oportunidad no se bloquearían salidas a la costa, ni las carreteras de acceso a Yanacocha, ni el aeropuerto. Los mercados cerrarían por turnos y no permanentemente. El transporte apoyaría dentro de sus posibilidades, y los piquetes solo durarían algunas horas. El apoyo del SUTEP no se podría extender más allá de las tres semanas. Y aún así, la concurrencia de manifestantes fue constante y en algunos días inesperadamente masiva. Y todo captado, por supuesto, por medios alternativos de comunicación como las redes sociales Facebook, YouTube y Twitter, ante el silencio general de los medios tradicionales.

La idea era generar conciencia en todos los sectores civiles posibles. Algo que se logró con expresiones singulares como la marcha de la bandera ecológica más grande del Perú, la marcha de las gestantes, de los mototaxistas, de los periodistas ‘agredidos’, de los chasquis, por el día del campesino, la marcha de las velas, de las ‘mujeres ecológicas’, de los jóvenes, conciertos musicales antiConga, una huelga de hambre, etc.

Expresiones que han generado un nuevo fenómeno social: los campesinos sienten que su presencia en la ciudad, a parte de ser un derecho, puede ser determinante para cambiar las cosas, lo que les ha hecho perder el miedo de incursionar libremente en la política local. Saben que representan el 70% de la región, y que su voto es concluyente para torcerle el brazo, si lo desean, a la intención electoral de la ciudad, como sucedió entre las provincias y Lima en la elección de Ollanta Humala. La incursión de los liderazgos ronderiles  en la vida política local es un hecho, con todos los aciertos y riesgos que ello conlleve.

Otro grupo de manifestante concentrados en la Plazuela Bolognesi de Cajamarca, y provenientes de las rondas urbanas, armados con leños y carrizos gritan al pasar frente a un contingente policías con el que se han enfrentado la noche anterior: “Humala, si tocas nuestros cerros, matamos a tus perros”. Los policías sonríen e incluso toman fotos. Uno de ellos le dice a un periodista: “y así dicen que no son terrucos”.

Es innegable que hay un sector de realmente radicales que siempre buscarán el desorden y la confrontación para generar noticia. Son los que a menudo tiran la piedra, esconden la mano y salen huyendo primeros del lugar. Son sectores que buscan el caos como forma de acabar con la estabilidad en sí, más que tener un objetivo social. Son pocos pero son, y están dispuestos a malograr cualquier iniciativa pacífica. Otros simplemente se dejan llevar por la rabia y el rencor de haber sido escindidos de un crecimiento que solo los utilizó oportunistamente para los spot electorales, y son los que enfilan su puntería contra la gran prensa, sobre todo contra sus corresponsales que en muchos casos poco tienen que ver con la línea editorial fijada desde una oficina en Miraflores. Por el cumpleaños del presidente Humala, un grupo de manifestantes le regaló un velorio simbólico que terminó con la quema del ataúd y el desmayo de una improvisada viuda.

¿Cómo se reacciona ante situaciones extremas? Un poblador de Sorochuco dice: “los cajachos seremos pacíficos, pero no cojudos”.

Diversos analistas se preguntan cómo Santos, Marco Arana o Wilfredo Saavedra tienen tanta capacidad de convocatoria. La respuesta es fácil, lo que tiene gran capacidad de convocatoria es la defensa del agua y la indignación (o revancha) de casi dos décadas contra la minera Yanacocha. La gente no sale necesariamente a las calles por “Goyo” o Saavedra, la gente sale porque después de muchos años (ocho desde la defensa del Quilish) encuentra una causa común con la que se siente plenamente identificada.

La pareja de esposos campesinos de Bambamarca ha regresado a su tierra prometiendo retornar a Cajamarca. Han sido semanas de movilizaciones creativas y pacíficas. En esta oportunidad, fue la policía la que puso la cuota de desproporcionada represión. No solo fueron estudiantes universitarios, profesores del Sutep o ronderos lo que recibieron una ensalada de macanazos, gas pimienta y perdigones, sino también periodistas independientes que buscaban cubrir la noticia en el mismo lugar de los hechos.

Luego de que transcurriera más de un mes del inicio de la segunda etapa de manifestaciones contra el proyecto minero Conga, y de que Humala y la empresa Newmont se pronunciaran sobre la viabilidad del proyecto minero Conga, y de que se iniciara la construcción de uno de los primeros famosos reservorios, se ha instalado en la gente una inquietante idea: “por más contundente y permanente que sean las protestas, nadie te va a escuchar en el gobierno”.

En la Asamblea de Rondas Campesinas Urbanas e Indígenas de Cajamarca, llevada a cabo el 01 de julio de 2012, se realizaron varios acuerdos, entre ellos: “10.- Condenar la actitud provocadora de Newmont, al reiniciar sus trabajos en la zona de conflicto, por lo que exigimos el retiro inmediato de su maquinaria, con la finalidad de evitar consecuencias funestas”. y “15.- Hacer llegar una carta a la ONU, al VATICANO y demás organismos dando a conocer la imposición del proyecto minero”.

Algunos pobladores empezaban a reclamarle a los dirigentes: “qué hacemos aquí perdiendo el tiempo con tanta marcha y no subimos a las lagunas de una vez”. El dirigente les respondía: “calma, compañeros, no hay que desesperarse”.

Al día siguiente ocurrió la tragedia de Celendín…


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