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Cajamarca, Paro Día 1

Publicado: 2011-11-25

A ciencia cierta nadie sabe como terminará esto.

En el primer día de paro en Cajamarca, la gente se movilizó en toda la región. En la Plaza de Armas de la ciudad, en los distritos y provincias del departamento, en la misma laguna El Perol, en las inmediaciones del proyecto Conga. Pero una percepción compartida por los ciudadanos que buscaban información fue que ningún corresponsal nacional o extranjero coincidía en dar un número exacto de  cuantos civiles salieron a las calles en el paro del jueves 24. Los cálculos van desde mil quinientos hasta diez mil, desde cuatro gatos o cuatro mil gatos. Parece que no hay una forma exacta de contabilizar un grupo humano disperso y en movimiento. Por otro lado, una cosa es la gente que acató el paro desde la tranquilidad de sus hogares, o temerosos por alguna confrontación con la policía, y otra la cantidad de gente que sí salió a la calle en forma pacífica y organizada.

Cajamarca no había visto en mucho tiempo tal concurrencia de prensa. Esa debe ser una buena señal, ya que habrá varios puntos de vista y todo lo que pase, positivo o negativo, no podrá ser manipulado por un solo grupo mediático.

La ciudad tuvo una movilización importante, pero no contundente como se esperaba. Algo es seguro, quienes determinarán si el proyecto minero va o no serán las mismas comunidades aledañas, donde el paro sí fue acatado por la gran mayoría y con absoluta contundencia. Las comunidades le dijeron un rotundo no a Conga. La ciudad, capital de la región, está más bien confundida, como intentando despertar o reacomodarse.

Tampoco hay un vínculo definitivo entre el Frente de Defensa, liderado por Saavedra Marreros, y el MAS, partido de Gregorio Santos, que en buena cuenta es Patria Roja. Hay choques internos entre ambos lados, a tal punto de acusarse unos a otros de ser agentes vendidos a Lerner.

En general fue un día tranquilo. Al margen del caso del incendio de una caseta, no hubo enfrentamientos que dejasen muertos o heridos. Solo acusaciones de ambos lados.

Y el paro no fue un fracaso como lo quisieron hacer ver algunos periodistas de Lima. La razón, a parte de los miles de manifestante que salieron a las calles, es muy simple: si hubiese sido un fracaso no existiese tanta preocupación, reuniones, llamadas y correrías dentro de Palacio.


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